Poema de Pedro Neila "QUIERO"

Quiero no querer lo que querer quiero



que me bastara lo que tengo



y no saber lo que saber se.



Quisiera tener lo que tener no tengo



y vivir lo que vivir no vivo



Si ignorara lo que ignorar no ignoro,



quizas me ilusionara lo que no ilusiona



y sentir lo que sentir no siento,



y decir lo que decir no digo.



Volver a ser el niño que mata siendo hombre



y caminar caminos que no siguieron mis pasos



reir sonrisas quebradas en el alma,



bailar bailes de musicas escritas en silencio



volver de campos ausentes de recuerdos,



huir de realidades de colores yertos



echar raices en vidas que carecen de suelo



sentarme en soleadas riberas desnudas de versos



vivir en lienzos de arco iris de color sedientos,



robarle a las estrellas palabras y destellos,



matar a la muerte en duelo



poseer la vida en el lecho eterno



nadar en los lagos por el sol llorados



escribir jardines en desiertos desolados,



encadenar en rimas los mas rebeldes versos



y volar sin alas al vuelo.



Ahogar en manos de vino mis desalientos,



imaginar bosques con marejadas de hojas



sumergerme en la sombra de oceanos negros,



abrasar fiordos con pasion en el viento



Quiero que se cumplan los sueños



que iluminan la vida con aliento



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Aqui debajo podeis escuchar y leer algunos de mis relatos publicados en el libro " La otra cara del parkinson"

A su vez escuchareis el programa de radio Pas a pas de Tordera en directo en una entrevista que Olmo nos hizo a un grupo en Lloret

Vivia en la pinada mas bella

No estoy sola

Ella era especial

Mi of

Radio pas a pas - tertulias Blanes

miércoles, mayo 25, 2005

Mi cuento

Vivía en la pinada más bella, y se sentía orgulloso de tener a su vera a los pinos más frondosos, los más añejos y sabios que le arropaban con mil cuentos de su presente y pasado más remoto. Ellos a su vez envidiaban su juventud, su frescura, su dulce fragancia, su manera de erguirse tan fina, su alegría. Les hacía volver a los tiempos en que de una pinocha empezaron a crecer, pero hacia tanto de eso que no tardaban en volver con sus pobladas ramas y su grueso tronco, a su vejez.
El era aun un joven pino delgado que soñaba como ellos ser y conforme fue creciendo los mayores le hicieron saber que aquel que mas alto fuera, al sol tendría a su merced, dándole el calor necesario para en primavera florecer.
Y creció cuanto pudo y un mal día no sabe porqué, notó que temblaban sus ramas sin brisa, ni aire que las pudieran meced, pensó que sería normal, pero no se atrevió a preguntar y día a día pudo ver como temblaban sus ramas haciendo sus piñas caer.
Temeroso de que fuera algo raro y temieran los demás contagiarse, no hico sino callarse sufriendo con todo su ser. Los demás lo veían moverse, balancearse de manera extraña, pensaron que bien podía ser que el sol lo emborrachara con su calor, o que de tanto traqueteo se iba pronto a caer… o tal vez fueran males de amores de esos que el alma arañan, pero ninguno le preguntó cuando lo vio llorando a lo lejos, ninguno de allí percibió como en mil pedazos su corazón de noble madera se rompió, como día a día más y más se aislaba, en su infinita tristeza.
Un día mas entre tantos miró el pino hacia arriba, buscaba algún por qué, una salida, su triste mirada de hoy en nada se parecía a aquella mirada de ayer. Hacía tiempo que ya no crecía, ya no estiraba sus ramas cuando empezaba a amanecer buscando el dulce calor del día, hacía tiempo que a su amigo no quería ver por eso se alegro tanto al verlo el sol aparecer. ¿Que te pasa buen amigo?, ¿porque no sales como antes a estar conmigo? Le preguntó el sol y el pobre pino se sinceró explicándole lo que últimamente le ocurría:
- Ya no soy el que tú recuerdas, algo en mí está mal porque si te fijas verás mis hojas temblar sin más, mis raíces están rígidas y me cuesta mucho hablar, hay veces que pierdo mi fuerza y me parece que al suelo voy a ir a parar.
El sol, al darse cuenta de su profunda tristeza, le acarició con su más cálido rayo y cogiéndole de una rama un dulce beso le dijo: “Hablaré con la luna, ella es del cielo la más sabia”.
Al día siguiente el sol volvió al rincón del bosque y al pino buscó, preguntó a los demás y todos le señalaron una explanada sombría donde el pino yacía llorando en un rincón.
- Amigo pino, no estés tan preocupado - y enjuagándole la resina que de sus ojos fluía le explicó:
-“Hablé con la luna y tu temblor es debido a un mal conocido y llamado Parkinson, es una enfermedad algo rara, que pocos conocen y la ignorancia rechaza. Sé que entre los humanos hay mucho dolor pues la luna enjuaga las lágrimas de personas que buscan en su luz una salida, una mano amiga que les entienda mejor, un oído que simplemente les escuche, una mano donde cogerse, un consuelo, alguna solución, pero entre esa especie hay mucha desunión y lo que para unos es algo por sus ideas condenable, malo y despreciable, para otros supondría el fin de su agonía, y una vida mejor.
Las palabras del sol despertaron las dudas del joven pino, ¿era una enfermedad contagiosa?, ¿mortal?... ¿qué le iba a pasar? El sol que había previsto su curiosidad, le empezó a contestar:
- No es mortal, mi dulce amigo, ni a nadie se la podrás contagiar…
Y mientras hablaban un jilguero acertó a pasar volando rasito del suelo, y al oírlos hablar se paró en una rama y sin poderlo evitar, le saltó mas de una lágrima, era injusto que alguien sufriera, por algo que se podría evitar, y él sabía la manera. De su hermosa garganta salió una bella melodía, diferente, especial, sonaba como mil arpas, tenía un compás angelical, esa canción le salía del alma, y a todo el que la escuchaba le hacía parar buscando la hermosa criatura que aquel sonido podía pronunciar. Pero no se contentó con cantar en aquella zona y comenzó a volar, recorrió todos los bosques vecinos, cantando su hermoso trino al que todos maravillaba y en su cantar contaba la historia de un joven pino, el mas hermoso que jamás viera, risueño, amable y amigo, que un mal día una enfermedad cambió su destino a todos les pedía que cantaran consigo y la repitieran incansables desde la cima más alta, hasta el más hondo valle, su bella canción. Tenían que estar unidos, ayudar al joven pino hasta que un día alguien sabio diera con la solución para evitar ese dolor. De un bosque a otro recorrió el mundo entero la canción del jilguero hasta que en un remoto lugar un viejo mago, brujo y adivino la escuchó sentado en un camino y del bello canto se enamoró. Al ser hechicero entendía lo que esa canción repetía con tristeza y dolor, la canción hablaba de la historia de un joven pino que enfermó de un mal desconocido, buscó ese canto amigo y al jilguero encontró exhausto de tanto volar, llevaba meses cantando, sin descanso ni tregua, había recorrido volando lo abrigo con su cariño, le dio cuidados y mimo y cuando por fin pudo cantar elevó al cielo su trino, provocando un profundo llanto en el alma del hechicero, que maravillado no cesaba de escuchar tan bello canto aunque eso le dejara los ojos nublados y el corazón dolido.
El mundo entero recorrió la canción del jilguero llegando a cualquier rincón, fuera tierra o cielo. Mientras el mago no cesaba de pensar, debía haber una solución para al pino ayudar y a él fueron acudiendo magos de todas partes, de todo lugar, se pusieron juntos a probar mil remedios y nada sucedía, no aplacaban el mal. Una noche, cansado, el mago miró a la luna, y con lágrimas de impotencia ayuda le pidió, pero nada podía hacer la luna, solo escuchar su llanto y fue en ese instante cuando dio con la solución. Pasaron meses trabajando todos juntos en perfecta unión, y felices al jilguero un día le dijeron que su amigo se curaría con un trasplante de nueva resina con unas gotas de amor de todos aquellos que lloraron por ese ajeno dolor y corriendo voló el jilguero, recogiendo las saladas gotas de tantos y tantos amigos que por el pino habían llorado, cuando estuvo todo unido fueron los magos al bosque donde triste yacía el pino, deteriorado pero hermoso, le dieron a beber el dulce néctar y poco a poco se fue sintiendo mejor, fue así como pasó, pero ninguno se dio cuenta de que lo que al pino salvó eran sus corazones humanos unidos por su dolor.

Pilar Juan Martínez
Valencia, España

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Pilar, soy Julia...

tu cuento está escrito desde el fondo del corazón... pero ese pino tiene que dejar acariciarse.. el sol le encontró, la luna le llamó, el jilguero canto a todo el que encontraba y seguro que muchos más aunque no puedan hacer al pino dejar de temblar o que no esté rígido le harán feliz... porque los amigos son la mayor felicidad que se puede encontrar... y yo deseo que tu lo seas...

un beso

Julia

pilar dijo...

Hay una frase que dice que un desconocido es un amigo que aun no conoces , tu por lo tanto eres amiga mia no porque te conozco si no porque irradias humanidad y eso te hace especial.Un beso y gracias por entrar , opinar y ver con los ojos del alma
PIlar