
entre los margenes de un camino incierto
deambulando entre atajos torpes
y bosques oscuros y siniestros
Las flores del camino se marchitan
a cada caida en mis tropiezos
pero siempre hay una mano amiga
que me anima en cada uno de mis esfuerzos
no lamento mas que lo no vivido
lo perdido en mis años de tristeza
me duele por las gentes su pobreza
de espíritu de amor y su impurezas
Reconozco que aun tengo suerte
por la gente que incesantes alimenta
con su comprensión y tolerancia mi alma inquieta
desbordando los cauces de mi vega
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